CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 192

98. Primer teniente polaco, cometiendo asesinatos masivos. Relato del director de propiedades Paul Wiesner de Wollstein. Posadowo, 4 de octubre de 1939. Centro de Investigación de casos de violación de Derecho de las personas, junto al Supremo Comando de la Fuerza Armada. Presentes: El consejero de tribunal de guerra Hurtig y el Inspector de la justicia militar Pitsch. En busca de su residencia, comparece el director de propiedades Paul Wiesner, administrador de las propiedades de Posadowo y, debidamente informado sobre el alcance del juramento, siendo preguntado, depone: En cuanto a la persona: Me llamo Paul Wiesner; nací el 14 de noviembre de 1874 en Marsfelde, num. Neutomischel; soy director de propiedades; resido en Wollstein, en la calle Bismarckstrasses, 1, actualmente en Posadowo. En cuanto a la causa: El 31 de agosto de 1939 fui arrestado por un policía en la estación de Opalenica cuando viajaba a Wollstein. Supongo que mi prisión ha sido ordenada porque yo, frecuentemente, iba a Alemania, y sobre todo a Schwiebus, siendo, por lo tanto, considerado intermediario de un centro de información anti-polaco. Después de revisar y revolver mis maletas, me condujeron al puesto policial. Al principio, me declaran que yo sería soltado, si nada se encontraba de sospechoso, llegando, hasta, a murmurar unas palabras de excusa. La revista fue negativa, pues no encontraron nada de sospechoso. En ese tiempo, sin embargo, el primer sargento de la policía se comunico, por teléfono, con la policía de Opalenica si había alguna cosa que me desabaste, escuché claramente por el auricular la voz del capitán de la policía de Wollstein que respondió: "Prender y encarcelar" Entonces me encerraron en una celda. Poco después, fue detenido, también, el veterinario Dr. Krause de Opalenica, a quien yo buscaba por unos minutos, al salir de la estación. Pasé en esa celda dos noches y un día, y luego fui transportado, junto con el Dr. Krause, bajo escolta policial, para Buk, donde fuimos conducidos a una sala, en la que ya se hallaban presos cerca de 100 populares alemanes. Unas cuatro horas después, nos embarcamos en carrozas, llevando a cada uno a doce hombres, y bajo la custodia