CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 186

Muchos estaban vestidos, apenas, de camisa y pantalones, muchos calzando huecos, otros sólo un zapato, porque ni se les había dado tiempo para vestir. Por regla general, todos los que se enfermar durante la marcha, eran muertos a golpes o bala. Yo mismo no vi tales casos en primer lugar porque esos actos se practicaban durante la noche, en segundo lugar, porque nadie podía mirar hacia atrás. Oí, muchas veces, los pesados golpes, los gritos, y el hecho y que los presos sacados de la fila no volvieron más. Vi al menos seis populares alemanes a lo largo de la carretera, que habían sido asesinados a golpes o disparos por las tropas que nos precedían. Los presos procedentes de Lissa fueron maltratados, en Schroda, de manera increíble, a culatazos y garrotes, por hombres de la escolta - elementos del 17° regimiento de ulanos, polacos. Un sastre fue sacado cuatro veces después de la fila y maltratados de manera que resultó tener una grave herida en la cabeza. En Peisan, donde excepcionalmente nos alojaron, dejándonos apiñados en un espacio diminuto y sin paja, el profesor Semenjuk de Lissa se volvió loco, como consecuencia de los malos tratos y de las fatigas pasadas, y dio altos gritos. Bastó ese hecho para que el guardia desechara tiros contra nuestro alojamiento. La actitud prudente de los presos hizo que el tiroteo no tuviera graves consecuencias. La escolta dejó a los civiles entrar en nuestro alojamiento y robar, a los presos, los relojes, los anillos y el dinero. En la mañana del día siguiente apareció un sargento del 17 ° regimiento de ulanos para robar lo que quedaba y, sobre todo, dinero, relojes y anillos. Yo mismo sufría serios malos tratos por culatazos y no habría escapado a la muerte si el soldado que me apuntó no errara el blanco. La bala me pasó la cabeza. Se dio esto únicamente porque yo iba a poner un viejo de setenta años en un carro después de que él sucumbiera de fatiga. Estoy firmemente convencido -como todos mis compañeros- que durante la marcha se murieron a golpes o bala numerosos populares alemanes. Debido a la oscuridad no pudimos ver sino una parte de las víctimas. No fueron sólo los hombres de nuestra escolta que pertenecían al 17 ° regimiento de ulanos, sino también a los soldados de los destacamentos polacos en retirada que nos maltrataron gravissimamente a culatazos y latigazos. Entre Kolo y Klodawa, también un mayor, con sus hombres, de un destacamento de coches blindados nos injuriaron y azotaron. En la marcha de Slupa a Lowitsh