CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 184

93. Popular alemán de 80 años de edad, golpeado por policías polacos. El testigo Szczepan Siedlecki, comerciante en Michelin, depuso bajo juramento: En el primer miércoles del mes de septiembre de este año, vi policías polacos conducir unos 150 populares alemanes, frente a mi negocio, hacia Kutno. Cuando un viejo de unos 80 años de edad había perdido las fuerzas para continuar la marcha, un policía le golpeó tan fuerte que cayó al suelo. Lo dejaron en la carretera. Dos policías dijeron a algunos civiles que podían matarlo. Vi luego como dos desconocidos revisaron los bolsillos del viejo, le dieron con una piedra y lo empujaron con los pies... Fuente: Sd. Is. Bromberg 814/39. 94. Oficial polaco - tirador-asesino, matando a alemanes deportados. El testigo Kurt Seehagel, barbero en Rogasen, actualmente en Bukowice (revista del ejército polaco, donde sirvió en la infantería de 16-4-1931 a 16-3-1933), depuso bajo juramento: Fui preso el 1 de septiembre de 1939, con unos 20 a 25 habitantes de Rogasen y tomé parte con un grupo de unos 700 populares alemanes, de la marcha de los internados, a Kutno y Lowitsch, a Varsovia. Durante una parada en un parque de una ciudad situada entre Kutno y Lowitsch, los hombres de nuestra escolta, que eran reservistas polacos haciendo servicios de gendarmes, y soldados polacos que se encontraban en las cercanías dispararon ciegamente sobre nuestro grupo. Hubo heridos y muertos. Antes de entrar en el parque, un oficial polaco que estaba a la entrada, preguntó a los hombres de nuestra escolta, lo que había a nuestro respecto. Cuando estos respondieron que nos habíamos llamado Hitler a Polonia y que éramos alemanes -las palabras eran, más o menos, estas: "Son los cerdos que llamaron a Hitler" - el oficial polaco sacó de la pistola, diciendo que él necesitaba matar también a uno de esos. Herido en la cabeza, cayó muerto, de manera que tuve que pasar por encima de él. El mismo oficial dio otro tiro en nuestro grupo. Ignoro si con ese tiro mató a otro alemán, pues estaba prohibido mirar hacia atrás. En el camino, los hombres de la escolta sacaron de la columna a placer, uno u otro compañero mío, liquidándolos de una manera u otra, por tiros o