CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS | Page 117
"Ustedes, alemanes, nos están disparando bombas". En cuanto a eso, conviene
recordar que, dos días antes, un aviador alemán había arrojado dos bombas cerca
de Kochfeld. El desorden en la cocina duró cerca de 5 minutos.
Luego la horda se retiró, arrojando, aún, frente a la casa, un bote de mostaza. La
familia Weissmuller, temiendo que los bandidos volvieran, fue a esconderse
detrás de un montón de paja, cerca del establo, y, no pudiendo soportar el frío
por más tiempo, se escondieron en un galpón donde se servía el forraje para el
ganado. En la mañana siguiente, constataron, además de los daños mencionados,
que fueron robados dos sillas, una toalla y un pan. Más dos sillas rotas en el
jardín; y estaban estropeadas las cortinas de varias ventanas.
Se dirigieron a continuación para la propiedad del labrador alemán Unkenholt, la
cual también se encuentra en Guten-Ausben. Allí, también, quebraron casi todos
los vidrios y algunos marcos de las ventanas, arrancaron y rasgaron las cortinas.
No penetraron en el interior de la casa, probablemente, porque un perro que
estaba en la casa, que corria de cuarto en cuarto, ladrando con todas sus fuerzas.
A pesar de eso, robaron, a través de una ventana, dos cortinas y un espejo.
La familia Unkenholt se ocultó, en tiempo, un patatal que quedaba a unos cientos
de metros de la casa, de donde pudieron oír el tumulto y el oír de los vidrios que
se rompían. Después, el bando penetró en la propiedad de la viuda del labrador
alemán Strodtmann, donde rompió casi todos los vidrios de las ventanas (unos
66) por medio de maderos y piedras, y destruyó no menos de 11 marcos.
Algunos bandidos penetraron, por la puerta, en el interior, encontrando un bote
con pepinos, una lata de café, pisaron los dulces que encontraron, destruyeron
el modulador de la radio, las cortinas de dos ventanas en el cuanto de dormir, el
ajuar de la hija, y robaron, bajo jubilo general, la importancia de 50 zloty, y aún
el voltímetro del radio y las cortinas de dos ventanas. La familia Strodtmann se
escondía, en tiempo, en el sótano del establo.
Volviendo a Kochfeld, la banda invadió la propiedad del alemán Schmalz, donde
rompió, bajo gran alarde, los vidrios de las ventanas del lado del jardín y del patio.
Algunos hombres demolieron el balcón del lado del patio trasero, sacando, con
un hierro, la puerta que lleva del balcón al interior, robaron 180 zloty en dinero,
una sombrilla, las cortinas de tres ventanas, un par de guías, correas y cadenas
para caballos. La familia del testigo Schmalz se refugió, en tiempo, en el tejado
donde se escondía.