CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA crimenes_polacos | Page 53

después que andar de brazos erguidos, toda desgreñada y cubierta de la sangre de mi marido. Los civiles polacos gritaron a los soldados que no dejar huir a la espía alemana y que la matasen inmediatamente, cuando los brazos me caían de cansancio, me dieron golpes debajo de los brazos y patadas. En el puesto fui escuchado por un oficial, que verificó que no había cometido ningún crimen. Pedí a dos soldados que asistieron el interrogatorio, me mataran, que la vida ya no me val ía nada. Uno de los soldados me respondió " No vales una bala, hitlerista fea, vete al infierno ". Los polacos despues me golpearon y me empujaron, y me dejaron ir. Me fui a lavar la cara y las manos en una zanja y busqué el cadáver de mi marido. Llegada en aquel lugar, vi como soldados y civiles profanaban el cadáver de mi mar ido. Como él tenía la boca torcida que parecía sonreír, le arrojaron basura en la boca y l e di j eron: "¿ Todavía estas riendo, maldito Hitler?" Se hallaba en el mismo lugar el cadáver del jardinero Schmiede en cuyo vientre habían colocado un juego de llaves y un martil l o. Me sacaron los documentos de mi marido, en lo que los soldados me impidieron, golpeándome. Me fui, a la vecindad, hasta las 8 horas, al aire libre. Por las 8 horas apareció un avión alemán y todos buscaban refugiarse en los pasillos.
Me recibió una mujer polaca que me dio un cuarto para descansar, contiguo a otro donde se encontraban reunidos varios polacos. Oí cómo la polaca mandó al marido llamar a soldados polacos porque en la calle todavía andaban alemanes de manera que no estaban seguros. El hombre sólo regresó a las tres de la madrugada, comunicando a la mujer que los soldados polacos ya habían huido y que los alemanes se acercaban; que iba a huir también porque, ciertamente, los alemanes matarian a todos los hombres polacos de la misma forma que éstos habían matado a todos los hombres alemanes. Después de que todos huyeron, busqué la casa que estaba frente, donde vivían dos viudas alemanas.
L. apr. ass. ass. Irma Ristau, n. Blonch. El testigo prestó juramento.
Cerrado: ass. Dr. Waltzog- ass. Walter Hammler. Fuente: WR I.
20. Asesinado a la vista de la familia. Asesinato de Finger. Bromberg, 9 de septiembre de 1939. Presentes: consejo superior del tribunal de guerra de la marina de guerra, el Dr. Schattenberg, como investigador. Inspector superior del gobierno, Dirkes, como escribano. En la causa Bromberg I, en lo que concierne a investigaciones rel ati vas a l derecho de las gentes, compareció como testigo el empleado de banco Herbert Finger. Debidamente informado sobre el alcance del juramento. El testificó:
En cuanto a la personas: tengo 24 años de edad, soy de confesión evangélica, resido en Bromberg-Schleusenau, Chausseestrasse, 44; pertenezco a la minoría alemana.