CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA crimenes_polacos | Page 11
producía la acción germanófoba entre autoridades y los militares polacos. Se han
frustrado, finalmente, los insistentes esfuerzos del gobierno del Reich, emprendidos
en Varsovia, para influir sobre los círculos responsables de la formación de la opini ón
pública en Polonia, en el sentido de un eficaz sedanamiento moral, como estaba
previsto por el convenio de prensa germano- polacos, de 24 de febrero de 1934.
Desde Versalles nunca se había apaciguado las relaciones políticas entre Alemania
y Polonia; antes, al contrario, las minorías étnicas alemanas domiciliadas en las
antiguas provincias prusianas fueron siendo privadas, de forma sistemática, de sus
derechos, hecho que ha venido a agravar las relaciones germano -polacas de ma ner a
tal que, en la opinión pública del mundo, predominaba, desde el principio, sería
desconfianza en cuanto al éxito de la obra de reconciliación germano-polaca. Según
la concepción alemana, nadie es la fuente personal de Pilsudski, podría ofrecer la
garantía de que se hicieran en Polonia los efectos del plan de entendimiento,
produciéndose una lenta mutación de la opinión pública polaca y, en consecuencia,
una alteración de la opinión pública actitud hostil de las amplias capas polacas contra
las minorías étnicas alemanas. En todo caso, el Fuehrer no se apartó de la línea
trazada, convencido de que, a todo trance, se debería intentar promover la
colaboración germano-polaca, a pesar de todos los obstáculos, y mantenerla hasta
conseguir el éxito deseado despreciando -y las decepciones que iba experimentando
el gobierno del Reich, como consecuencia de las brutales medidas, puestas en
ejecución por los polacos contra las minorías, así como de la continua campa ña de
odio a través de la imprenta polaca.
Ya en tiempos de Pilsudski quedaba patente, que incluso la autoridad del mariscal
no bastaba para obligar a las autoridades subalternas polacas a di spens a r un tr a to
justo a los grupos étnicos alemanes. El chauvinismo polaco se manifestaba con mayor
moderación, pero no vencía. Los métodos de opresión se aplicaban, temporalmente,
con menor brutalidad, pero, en compensación, con una malicia más exquisita. El
sistema político generalizado, que tenía como objetivo el exterminio de la minoría
étnica alemana, continuaba en acción, desembarazadamente, bajo la responsabilidad
del gobierno de Varsovia, volviendo a funcionar, desenmascarada mente, tras el
fallecimiento del merechal Pilsudski. Y no lo hubo mucho tiempo hasta que se
manifestaran, verbalmente y por escrito deseos y designios agresivos y anexi oni sta s
contra Alemania. Todos los esfuerzos realizados por el lado alemán en la a pl i c ac ión
de la política de entendimiento y con el fin de establecer un modus vivendi entre la
población polaca y la minoria étnica alemana fracasaron ante la falta de buena
voluntad de parte del gobierno polaco. La disposición negativa del gobierno polaco,
caracterizada por una serie ininterrumpida de violaciones de espíritu del pacto
germano-polaco, por cuyo cumplimiento se había comprometido el referido gobierno
de las Declaraciones Mutuas, de 5 de noviembre de 1937, relativas a las minorías
étnicas, se hizo evidente cuando el 27 de febrero de 1939 se reunieron en Berlín
representantes de las autoridades centrales de ambos países con el fin de estudiar
conjuntamente las cuestiones pendientes relativas a las minorías étnicas. Las