Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
A unos cuantos pasos del último jardín de la población hay una
taberna, una gran taberna que impresionaba desagradablemente
al niño, e incluso lo atemorizaba, cuando pasaba ante ella con su
padre. Estaba siempre llena de clientes que vociferaban, reían, se
insultaban, cantaban horriblemente, con voces desgarradas, y
llegaban muchas veces a las manos. En las cercanías de la
taberna vagaban siempre hombres borrachos de caras
espantosas. Cuando el niño los veía, se apretaba convulsivamente
contra su padre y temblaba de pies a cabeza. No lejos de allí
pasaba un estrecho camino eternamente polvoriento. ¡Qué negro
era aquel polvo! El camino era tortuoso y, a unos trescientos
pasos de la taberna, se desviaba hacia la derecha y contorneaba
el cementerio.
En medio del cementerio se alzaba una iglesia de piedra, de
cúpula verde. El niño la visitaba dos veces al año en compañía de
su padre y de su madre para oír la misa que se celebraba por el
descanso de su abuela, muerta hacía ya mucho tiempo y a la que
no había conocido. La familia llevaba siempre, en un plato
envuelto con una servilleta, el pastel de los muertos, sobre el que
había una cruz formada con pasas. Raskolnikof adoraba esta
iglesia, sus viejas imágenes desprovistas de adornos, y también a
su viejo sacerdote de cabeza temblorosa. Cerca de la lápida de su
abuela había una pequeña tumba, la de su hermano menor,
muerto a los seis meses y del que no podía acordarse porque no
lo había conocido. Si sabía que había tenido un hermano era
porque se lo habían dicho. Y cada vez que iba al cementerio, se
santiguaba piadosamente ante la pequeña tumba, se inclinaba con
respeto y la besaba.
Y ahora he aquí el sueño.
Va con su padre por el camino que conduce al cementerio. Pasan
por delante de la taberna. Sin soltar la mano de su padre, dirige
una mirada de horror al establecimiento. Ve una multitud de
burguesas endomingadas, campesinas con sus maridos, y toda
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Comentario [L18]: Plato de arroz de
gachas de trigo, con pasas y frutas de dulce,
que sirve en las comidas de funerales y que
se lleva a la iglesia cuando se celebran
oficios conmemorativos.