Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
expresiones tan finas, tan tranquilizadoras, tan técnicas, emplea
la gente...! Un tanto por ciento; no hay, pues, razón, para
inquietarse... Si se dijera de otro modo, la cosa cambiaria..., la
preocupación sería mayor...
»¿Y si Dunetchka se viera englobada en este tanto por ciento, si
no el año que corre, el que viene?
»Pero, a todo esto, ¿adónde voy?-pensó de súbito-. ¡Qué raro!
Yo he salido de casa para ir a alguna parte; apenas he terminado
de leer, he salido para... ¡Ahora me acuerdo: iba a Vasilievski
Ostrof, a casa de Rasumikhine! Pero ¿para qué? ¿A santo de qué
se me ha ocurrido ir a ver a Rasumikhine? ¡Qué cosa tan
extraordinaria!»
Ni él mismo comprendía sus actos. Rasumikhine era uno de sus
antiguos compañeros de universidad. Hay que