Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Arcadio Ivanovitch había respetado siempre estas pequeñas
argucias, pero aquella noche estaba más impaciente que de
costumbre y solicitó ver en seguida a su futura esposa, a pesar de
que le habían dicho que estaba acostada. Su demanda fue
atendida.
Svidrigailof dijo simplemente a su novia que un asunto urgente le
obligaba a ausentarse de Petersburgo y que por esta razón le
entre v&V