Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
rato para hablar, pues no son más que las cuatro y media...
Créame que en ciertos momentos siento no ser nada, nada
absolutamente: ni propietario, ni padre de familia, ni ulano, ni
fotógrafo, ni periodista. A veces resulta enojoso no tener ninguna
profesión. Le aseguro que esperaba oír de su boca algo nuevo.
-Pero ¿quién es usted? ¿Y por qué ha venido a Petersburgo?
-¿Que quién soy? Ya lo sabe usted: un gentilhombre que sirvió
dos años en la caballería. Después estuve otros dos vagando por
Petersburgo. Luego me casé con Marfa Petrovna y me fui a vivir al
campo. Aquí time usted mi biografía.
-Era usted jugador, ¿verdad?
-Jugador de ventaja.
-¿Hacía trampas?
-Sí.
-Alguien debió de abofetearle, ¿no?
-Sí. ¿Por qué lo dice?
-Porque entonces tuvo usted ocasión de batirse en duelo. Eso
presta animación a la vida.
-No le digo lo contrario..., pero no estoy preparado para
discusiones filosó f