Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
impresionable como un artista. No, no se ría de mi descripción. Es
ingenuo y en extremo sensible. Tiene un gran corazón y un
carácter singular. Canta, baila y narra con tanto arte, que vienen
a verle y oírle de las aldeas vecinas. Es un enamorado del estudio,
aunque se ríe como un loco por cualquier cosa. Puede beber hasta
perder el conocimiento, pero no porque sea un borracho, sino
porque se deja llevar como un niño. No cree que cometiera un
robo apropiándose el estuche que se encontró. « Lo cogí del suelo
-dijo- Por lo tanto, puedo quedarme con él.» Pertenece a una
secta cismática..., bueno, no tanto como cismática, y era un
fanático. Pasó dos años con un ermitaño. Según cuentan sus
camaradas de Zaraisk, era un devoto exaltado y quería retirarse
también a una ermita. Pasaba noches enteras rezando y leyendo
los libros santos antiguos. Petersburgo ha ejercido una gran
influencia en él. Las mujeres, el vino..., ¿comprende? Es muy
impresionable, y esto le ha hecho olvidar la religión. Me he
enterado de que un artista se interesó por él y le daba lecciones.
Así las cosas, llegó el desdichado asunto. El pobre chico perdió la
cabeza y se puso una cuerda en el cuello. Un intento de evasión
muy natural en un pueblo que tiene una idea tan lamentable de la
justicia. Hay personas a las que la simple palabra « juicio»
produce verdadero terror. ¿De quién es la culpa? Ya veremos lo
que hacen los nuevos tribunales. Quiera Dios que todo vaya
bien...
»Una vez en la cárcel, Mikolka ha vuelto a su anterior misticismo.
Se ha acordado del ermitaño y ha abierto de nuevo la Biblia.
¿Sabe usted, Rodion Romanovitch, lo que es la expiación para
ciertas personas? Es una simple sed de sufrimiento, y si este
sufrimiento lo imponen las autoridades, mejor que mejor. Conocí
a un preso que era un ejemplo de mansedumbre. Estuvo un año
en la cárcel y todas las noches leía la Biblia. Y un día, sin motivo
alguno, arrancó un trozo de hierro de la estufa y lo arrojó sobre
un guardián, aunque tomando precauciones para no hacerle
StudioCreativo ¡Puro Arte!
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