CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 514

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski Le había puesto la mano en el hombro. Él se levantó y la miró, estupefacto. -Ve inmediatamente a la próxima esquina, arrodíllate y besa la tierra que has mancillado. Después inclínate a derecha e izquierda, ante cada persona que pase, y di en voz alta: « ¡He matado! » Entonces Dios te devolverá la vida. Temblando de pies a cabeza, le asió las manos convulsivamente y le miró con ojos de loca. -¿Irás, irás? -le preguntó. Raskolnikof estaba tan abatido, que tanta exaltación le sorpre