CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 509

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski estudiando, en el mejor de los casos habría podido obtener dentro de diez o doce años un puesto como profesor de instituto o una plaza de funcionario con un sueldo anual de mil rublos -parecía estar recitando una lección aprendida de memoria-, pero entonces las inquietudes y las privaciones habrían acabado ya con la salud de mi madre. Para mi hermana, las cosas habrían podido ir todavía peor... ¿Y para qué verse privado de todo, dejar a la propia madre en la necesidad, presenciar el deshonor de una hermana? ¿Para qué todo esto? ¿Para enterrar a los míos y fundar una nueva familia destinada igualmente a perecer de hambre...? En fin, todo esto me decidió a apoderarme del dinero de la vieja para poder seguir adelante, para terminar mis estudios sin estar a expensas de mi madre. En una palabra, decidí emplear un método radical para empezar una nueva vida y ser independiente... Esto es todo. Naturalmente, hice mal en matar a la vieja..., ¡pero basta ya! Al llegar al fin de su discurso bajó la cabeza: estaba agotado. -¡No, no! -exclamó Sonia, angustiada-. ¡No es eso! ¡No es posible! Tiene que haber algo más. -Creas lo que creas, te he dicho la verdad. -¡Pero qué verdad, Dios mío! -Al fin y al cabo, Sonia, yo no he dado muerte más que a un vil y malvado gusano. -Ese gusano era una criatura humana. -Cierto, ya sé que no era gusano -dijo Raskolnikof, mirando a Sonia con una expresión extraña-. Además, lo que acabo de decir no es de sentido común. Tienes razón: son motivos muy diferentes los que me impulsaron a hacer lo que hice... Hace mucho tiempo que no había dirigido la palabra a nadie, Sonia, y por eso sin duda tengo ahora un tremendo dolor de cabeza. Sus ojos tenían un brillo febril. Empezaba a desvariar nuevamente, y una sonrisa inquieta asomaba a sus labios. Bajo su animación ficticia se percibía una extenuación espantosa. Sonia StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 508