Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
-He aquí el asunto. Un día me planteé la cuestión siguiente: «
¿Qué habría ocurrido si Napoleón se hubiese encontrado en mi
lugar y no hubiera tenido, para tomar impulso en el principio de
su carrera, ni Tolón, ni Egipto, ni el paso de los Alpes por el Mont
Blanc, sino que, en vez de todas estas brillantes hazañas, sólo
hubiera dispuesto de una detestable y vieja usurera, a la que
tendría que matar para robarle el dinero..., en provecho de su
carrera, entiéndase? ¿Se habría decidido a matarla no teniendo
otra alternativa? ¿No se habría detenido al considerar lo poco que
este acto tenía de heroico y lo mucho que ofrecía de criminal...?»
Te confieso que estuve mucho tiempo torturándome el cerebro
con estas preguntas, y me sentí avergonzado cuando comprendí
repentinamente que no sólo no se habría detenido, sino que ni
siquiera le habría pasado por el pensamiento la idea de que esta
acción pudiera ser poco heroica. Ni siquiera habría comprendido
que se pudiera vacilar. Por poco que hubiera sido su
convencimiento de que ésta era para él la única salida, habría
matado sin el menor escrúpulo. ¿Por qué había de tenerlo yo? Y
maté, siguiendo su ejemplo... He aquí exactamente lo que
sucedió. Te parece esto irrisorio, ¿verdad? Sí, te lo parece. Y lo
más irrisorio es que las cosas ocurrieron exactamente así.
Pero Sonia no sentía el menor deseo de reír.
-Preferiría que