CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 505

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski Pero ¿cómo es posible que un hombre como usted cometiera...? Además, ¿por qué? -Para robar, Sonia -respondió Raskolnikof con cierto malestar. Sonia se quedó estupefacta. De pronto, un grito escapó de sus labios. -¡Estabas hambriento! ¡Querías ayudar a tu madre! ¿Verdad? -No, Sonia, no -balbuceó el joven, bajando y volviendo la cabeza-. No estaba hambriento hasta ese extremo... Ciertamente, quería ayudar a mi madre, pero no fue eso todo... No me atormentes, Sonia. Sonia se oprimía una mano con la otra. -Pero ¿es posible que todo esto sea real? ¡Y qué realidad, Dios mío! ¿Quién podría creerlo? ¿Cómo se explica que usted se quede sin nada por socorrer a otros habiendo matado por robar...? De pronto le asaltó una duda. -¿Acaso ese dinero que dio usted a Catalina Ivanovna..., ese dinero, Señor, era...? -No, Sonia -le interrumpió Raskolnikof-, ese dinero no procedía de allí. Tranquilízate. Me lo había enviado mi madre por medio de un agente de negocios y lo recibí durante mi enfermedad, el día mismo en que lo di... Rasumikhine es testigo, pues firmó el recibo en mi nombre... Ese dinero era mío