CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 477

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski Catalina Ivanovna respondió desdeñosamente que todo el mundo conocía su propio origen y que en su diploma se decía con caracteres de imprenta que era hija de un coronel, mientras que el padre de Amalia Ivanovna, en el caso de que existiera, debía de ser un lechero finés; pero que era más que probable que ella no tuviera padre, ya que nadie sabía aún cuál era su patronímico, es decir, si se llamaba Amalia Ivanovna o Amalia Ludwigovna. Al oír estas palabras, la patrona, fuera de sí, empezó a golpear con el puño la mesa mientras decía a grandes gritos que ella era Ivanovna y no Ludwigovna, que su Vater se llamaba Johann y era bailío, cosa que no había sido jamás el Vater de Catalina Ivanovna. Ésta se levantó en el acto y, con una voz cuya calma contrastaba con la palidez de su semblante y la agitación de su pecho, dijo a Amalia Ivanovna que si osaba volver a comparar, aunque sólo fuera una vez, a su miserable Vater con su padre, le arrancaría el gorro y se lo pisotearía. Al oír esto, Amalia Ivanovna empezó a ir y venir precipitadamente por la habitación, gritando con todas sus fuerzas que ella era la dueña de la casa y que Catalina Ivanovna debía marcharse inmediatamente. Acto seguido se arrojó sobre la mesa y empezó a recoger sus cubiertos de plata. A esto siguió una confusión y un alboroto indescriptibles. Los niños se echaron a llorar. Sonia se abalanzó sobre su madrastra para intentar retenerla, pero cuando Amalia Ivanovna aludió a la tarjeta amarilla, la viuda rechazó a la muchacha y se fue derecha a la patrona con la intención de poner en práctica su amenaza. En este momento se abrió la puerta y apareció en el umbral Piotr Petrovitch Lujine, que paseó una mirada atenta y severa por toda la concurrencia. Catalina Ivanovna corrió hacia él. StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 476 Comentario [L55]: El documento de las prostitutas.