Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
que no entendía nada, que el cuidado de la Wasche incumbía al
ama de llaves y no a la directora de un pensionado de muchachas
nobles. En cuanto a la observación relacionada con la lectura de
novelas, le parecía simplemente una inconveniencia. Todo esto
equivalía a decirle que se callase.
De pronto, Amalia Ivanovna enrojeció y replicó agriamente que
ella siempre había dado muestras de las mejores intenciones y
que hacía ya bastante tiempo que no recibía Geld por el alquiler
de la habitación de Catalina Ivanovna. Ésta le replicó que mentía
al hablar de buenas intenciones, pues el mismo día anterior,
cuando el difunto estaba todavía en el aposento, se había
presentado para reclamarle con malos modos el dinero del
alquiler. Entonces la patrona dijo que había invitado a las dos
damas y que éstas no habían aceptado porque era nobles y no
podían ir a casa de una mujer que no era noble. A lo cual repuso
Catalina Ivanovna que, como ella no era nada, no estaba
capacitada para juzgar a la verdadera nobleza. Amalia Ivanovna
no pudo soportar esta insolencia y declaró que su Vater aus Berlin
era un hombre muy importante que siempre iba con las