Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Además, se habían preparado dos samovares para los invitados
que quisieran tomar té o ponche después de la comida.
Catalina Ivanovna se había encargado personalmente de las
compras ayudada por un inquilino de la casa, un polaco famélico
que habitaba, sólo Dios sabía por qué, en el departamento de la
señora Lipevechsel y que desde el primer momento se había
puesto a disposición de la viuda. Desde el día anterior había
demostrado un celo extraordinario. A cada momento y por la
cuestión más insignificante iba a ponerse a las órdenes de
Catalina Ivanovna, y la perseguía hasta los Gostiny Dvor,
llamándola pani comandanta. De aquí que, después de haber
declarado que no habría sabido qué hacer sin este hombre,
Catalina Ivanovna acabara por no poder soportarlo. Esto le ocurría
con frecuencia: se entusiasmaba ante el primero que se
presentaba a ella, lo adornaba con todas las cualidades
imaginables, le atribuía mil méritos inexistentes, pero en los que
ella creía de todo corazón, para sentirse de pronto desencantada y
rechazar con palabras insultantes al mismo ante el cual se había
inclinado horas antes con la más viva admiración. Era de natural
alegre y bondadoso, pero sus desventuras y la mala suerte que la
perseguía le hacían desear tan furiosamente la paz y el bienestar,
que el menor tropiezo la ponía fuera de sí, y entonces, a las
esperanzas más brillantes y fantásticas sucedían las maldiciones,
y desgarraba y destruía todo cuanto caía en sus manos, y
terminaba por dar cabezadas en las paredes.
Amalia Feodorovna adquirió una súbita y extraordinaria
importancia a los ojos de Catalina Ivanovna y el puesto que
ocupaba en su estimación se amplió considerablemente, tal vez
por el solo motivo de haberse entregado en alma y vida a la
organización de la comida de funerales. Se había encargado de
poner la mesa, proporcionando la mantelería, la vajilla y todo lo
demás, amén de preparar los platos en su propia cocina.
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Comentario [L50]: Serie de grandes
tiendas bordeadas de columnas, que
ocupaban cuatro calles de San Petersburgo.
Comentario [L51]: Señora en polaco