CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 464

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski Catalina Ivanovna le había delegado sus poderes cuando tuvo que ir al cementerio, y Amalia Feodorovna se había mostrado digna de esta confianza. La mesa estaba sin duda bastante bien puesta. Cierto que los platos, los vasos, los cuchillos, los tenedores no hacían juego, porque procedían de aquí y de allá; pero a la hora señalada todo estaba a punto, y Amalia Feodorovna, consciente de haber desempeñado sus funciones a la perfección, se pavoneaba con un vestido negro y un gorro adornado con flamantes cintas de luto. Y así ataviada recibía a los invitados con una mezcla de satisfacción y orgullo. Este orgullo, aunque legítimo, contrarió a Catalina Ivanovna, que pensó: « ¡Cualquiera diría que nosotros no habríamos podido poner la mesa sin su ayuda! » El gorro adornado con cintas nuevas le chocó también. «Esta estúpida alemana estará diciéndose que, por caridad, ha venido en socorro nuestro, pobres inquilinos. ¡Por caridad! ¡Habráse visto! » En casa del padre de Catalina Ivanovna, que era coronel y casi gobernador, se reunían a veces cuarenta personas en la mesa, y aquella Amalia Feodorovna, mejor dicho, Ludwigovna, no habría podido figurar entre ellas de ningún modo. Catalina Ivanovna decidió no manifestar sus sentimientos en seguida, pero se prometió parar los pies aquel mismo día a aquella impertinente que sabe Dios lo que se habría creído. Por el momento se limitó a mostrarse fría con ella. Otra circunstancia contribuyó a irritar a Catalina Ivanovna. Excepto el polaco, ningún inquilino había ido al cementerio. Pero en el momento de sentarse a la mesa acudió la gente más mísera e insignificante de la casa. Algunos incluso se presentaron vestidos de cualquier modo. En cambio, las personas un poco distinguidas parecían haberse puesto de acuerdo para no presentarse, empezando por Lujine, el más respetable de todos. El mismo día anterior, por la noche, Catalina Ivanovna había explicado a todo el mundo, es decir, a Amalia Feodorovna, a StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 463