CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 460

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski simpatía por Piotr Petrovitch-. Pero dígame: ¿por qué da usted tanta importancia al matrimonio legal, mi muy querido y noble Piotr Petrovitch? ¿Por qué conceder un puesto tan alto a esa legalidad? Pégueme si quiere, pero le confieso que me siento feliz, sí, feliz, de ver que ese compromiso se ha roto; de saber que es usted libre y de pensar que usted no está completamente perdido para la humanidad... Sí, me siento feliz: ya ve usted que le soy franco. -Yo doy importancia al matrimonio legal porque no quiero llevar cuernos -repuso Lujine, que parecía preocupado por decir algo- y porque tampoco quiero educar hijos de los que no seria yo el padre, como ocurre con frecuencia en las uniones libres que usted predica. -¿Los hijos? ¿Ha dicho usted los hijos? -exclamó Andrés Simonovitch, estremeciéndose como un caballo de guerra que oye el son del clarín-. Desde luego, es una cuestión social de la más alta importancia, estamos de acuerdo, pero que se resolverá mediante normas muy distintas de las que rigen ahora. Algunos llegan incluso a no considerarlos como tales, del mismo modo que no admiten nada de lo que concierne a la familia... Pero ya hablaremos de eso más adelante. Ahora analicemos tan sólo la cuestión de los cuernos. Le confieso que es mi tema favorito. Esta expresión baja y grosera difundida por Pushkin no figurará en los diccionarios del futuro. Pues, en resumidas cuentas, ¿qué es eso de los cuernos? ¡Oh, qué aberración! ¡Cuernos...! ¿Por qué? Eso es absurdo, no lo dude. La unión libre los hará desaparecer. Los cuernos no son sino la consecuencia lógica del matrimonio legal, su correctivo, por decirlo así..., un acto de protesta... Mirados desde este punto de vista, no tienen nada de humillantes. Si alguna vez..., aunque esto sea una suposición absurda..., si alguna vez yo contrajera matrimonio legal y llevara esos malditos cuernos, me sentiría muy feliz y diría a mi mujer: « Hasta este momento, amiga mía, me he limitado a quererte; pero ahora lo StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 459