Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
otra parte, yo no toleraré jamás que se ejerza sobre mi la menor
violencia... Esto es un principio... Lo contrario sería favorecer el
despotismo. ¿Qué quería usted que hiciera: que me dejase
golpear pasivamente? Yo me limité a rechazarla.
Lujine dejó escapar su risita sarcástica.
-¡Je, je, je!
-Usted quiere molestarme porque está de mal humor. Y dice
usted cosas que no tienen nada que ver con la cuestión del
feminismo. Usted no me ha comprendido. Yo me dije que si se
considera a la mujer igual al hombre incluso en lo que concierne a
la fuerza física (opinión que empieza a extenderse), la igualdad
debía existir también en el campo de la contienda. Como es
natural, después comprendí que no había lugar a plantear esta
cuestión, ya que la sociedad futura estaría organizada de modo
que las diferencias entre los seres humanos no existirían... Por lo
tanto, es absurdo buscar la igualdad en lo que concierne a las
riñas y a los golpes. Claro que no estoy c