Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Amalia Ivanovna, ya que no se embriagaba y pagaba
puntualmente el alquiler.
Pese a todas estas cualidades, Andrés Simonovitch era bastante
necio. Su afiliación al partido progresista obedeció a un impulso
irreflexivo. Era uno de esos innumerables pobres hombres, de
esos testarudos ignorantes que se apasionan por cualquier
tendencia de moda, para envilecerla y desacreditarla en seguida.
Estos individuos ponen en ridículo todas las causas, aunque a
veces se entregan a ellas con la mayor sinceridad.
Digamos además que Lebeziatnikof, a pesar de su buen carácter,
empezaba también a no poder soportar a su huésped y antiguo
tutor Piotr Petrovitch: la antipatía había surgido espontánea y
recíprocamente por ambas partes. Por poco perspicaz que fuera,
Andrés Simonovitch se había dado cuenta de que Piotr Petrovitch
no era sincero con él y le despreciaba secretamente; en una
palabra, que tenía ante sí a un hombre distinto del que Lujine
aparentaba ser. Había intentado exponerle el sistema de Furier y
la teoría de Darwin, pero Piotr Petrovitch le escuchaba con un
gesto sarcástico desde hacía algún tiempo, y últimamente incluso
le respondía con expresiones insultantes. En resumen, que Lujine
se había dado cuenta de que Andrés Simonovitch era, además de
un imbécil, un charlatán que no tenía la menor influencia en el
partido. Sólo sabía las cosas por conductos sumamente indirectos,
e incluso V