CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 372

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski -No lo recuerdo -repuso Pulqueria Alejandrovna, llena de turbación-. Yo dije lo que había entendido. Por otra parte, ignoro cómo Rodia le habrá transmitido a usted mis palabras. Tal vez ha exagerado. -Sólo pudo haberlo hecho inspirándose en la carta que usted le envió. -Piotr Petrovitch -replicó dignamente Pulqueria Alejandrovna-. La prueba de que no hemos tomado sus palabras en mala parte es que estamos aquí. -Bien dicho, mamá -aprobó Dunia. -Entonces soy yo el que está equivocado -dijo Lujine, ofendido. -Es que usted, Piotr Petrovitch -dijo Pulqueria Alejandrovna, alentada por las palabras de su hija-, no hace más que acusar a Rodia. Y no tiene en cuenta que en su carta nos dice acerca de él cosas que no son verdad. -No recuerdo haber dicho ninguna falsedad en mi carta. -Usted ha dicho -manifestó ásperamente Raskolnikof, sin mirar a Lujine-, que yo entregué ayer mi dinero no a la viuda del hombre atropellado, sino a su hija, siendo así que la vi ayer por primera vez. Usted se expresó de este modo con el deseo de indisponerme con mi familia, y par 6VwW&'6RFRVR6