Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Incluso he escrito pensamientos sobre la Virgen de Rafael en el
álbum de la señora Prilukof. He vivido siete años con Marfa
Petrovna sin moverme de su hacienda... Y antaño pasé muchas
noches en la casa Viasemsky, de la plaza del Mercado... Además,
tal vez suba en el globo de Berg.
-Permítame una pregunta. ¿Piensa usted emprender muy pronto
su viaje?
-¿Qué viaje?
-El viaje de que me ha hablado usted hace un momento.
-¿Yo? ¡Ah, sí! Ahora lo recuerdo... Es un asunto muy complicado.
¡Si usted supiera el problema que acaba de remover!
Lanzó una risita aguda.
-A lo mejor, en vez de viajar, me caso. Se me han hecho
proposiciones.
-¿Aquí?
-Sí.
-No ha perdido usted el tiempo.
-Sin embargo, desearía ver una sola vez a Avdotia Romanovna.
Se lo digo en serio... Adiós, hasta la vista... ¡Ah, se me olvidaba!
Dígale a su hermana que Marfa Petrovna le ha legado tres mil
rublos. Esto es completamente seguro. Marfa Petrovna hizo
testamento en mi presencia ocho días antes de morir. Avdotia
Romanovna tendrá ese dinero en su poder dentro de unas tres
semanas.
-¿Habla usted en serio?
-Sí. Dígaselo a su herman