CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 299

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski dice una cosa muy distinta de la que iba a decir. Ansiaba mirar aquellos ojos tranquilos y puros, pero no se atrevía. -Ayer dio usted su dirección a Poletchka. -¿Poletchka? ¡Ah, sí; su hermanita! ¿Dice usted que le di mi dirección? -Sí, ¿no se acuerda? -Sí, sí; ya recuerdo. -Yo había oído ya hablar de usted al difunto, pero no sabía su nombre. Creo que incluso mi padre lo ignoraba. Pero ayer lo supe, y hoy, al venir aquí, he podido preguntar por «el señor Raskolnikof». Yo no sabía que también usted vivía en una pensión. Adiós. Ya diré a Catalina Ivanovna... Se sintió feliz al poderse marchar y se alejó a paso ligero y con la cabeza baja. Anhelaba llegar a la primera travesía para quedar al fin sola, libre de la mirada de los dos jóvenes, y poder reflexionar, avanzando lentament