Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Sus labios y su barbilla empezaron a temblar de súbito, pero
contuvo el llanto y bajó nuevamente los ojos.
Mientras hablaba con ella, Raskolnikof la observaba atentamente.
Era menuda y delgada, muy delgada, y pálida, de facciones
irregulares y un poco angulosas, nariz pequeña y afilada y mentón
puntiagudo. No podía decirse que fuera bonita, pero, en
compensación, sus azules ojos eran tan límpidos y, al animarse, le
daban tal expresión de candor y de bondad, que uno no podía
menos de sentirse cautivado. Otro detalle característico de su
rostro y de toda ella era que representaba menos edad aún de la
que tenía. Parecía una