Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
estimación? ¿Es esto, no? ¿Es esto lo que has dicho...? ¿O acaso
he entendido mal?
-Mamá, da a leer a Rodia la carta de Piotr Petrovitch -dijo
Dunetchka.
Pulqueria Alejandrovna le entregó la carta con mano temblorosa.
Raskolnikof se apoderó de ella con un gesto de viva curiosidad.
Pero antes de abrirla dirigió a su hermana una mirada de estupor
y dijo lentamente, como obedeciendo a una idea que le hubiera
asaltado de súbito:
-No sé por qué me ha de preocupar este asunto... Cásate con
quien quieras.
Parecía hablar consigo mismo, pero había levantado la voz y
miraba a su hermana con un gesto de preocupaci ;6