Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Todo esto fue dicho con precipitación creciente, pero un acceso
de tos puso de pronto fin a la elocuencia de Catalina Ivanovna. En
este momento, el moribundo recobró el conocimiento y lanzó un
gemido. Su esposa corrió hacia él. Marmeladof había abierto los
ojos y miraba con expresión inconsciente a Raskolnikof, que
estaba inclinado sobre él. Su respiración era lenta y penosa; la
sangre teñía las comi