CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 211

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski El agua sucia se agitó y cubrió el cuerpo de la suicida, pero sólo momentáneamente, pues en seguida reapareció y empezó a deslizarse al suave impulso de la corriente. Su cabeza y sus piernas estaban sumergidas: únicamente su espalda permanecía a flote, con la blusa hinchada sobre ella como una almohada. -¡Se ha ahogado! ¡Se ha ahogado! -gritaban de todas partes. Acudía la gente; las dos orillas se llenaron de espectadores; la multitud de curiosos aumentaba en torno a Raskolnikof y le prensaba contra el pretil. -¡Señor, pero si es Afrosiniuchka! -dijo una voz quejumbrosa-. ¡Se