Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
»Se atendió a su demanda y se le condujo a la comisaría
correspondiente, que es la de nuestro barrio. En seguida empezó
el interrogatorio de rigor.
»-¿Quién es usted y qué edad tiene?
»-Tengo veintidós años y soy..., etcétera.
»Pregunta:
»-Mientras trabajaba usted con Mitri en tal casa, ¿no vio a nadie
en la escalera a tal hora?
»Respuesta:
»-Subía y bajaba bastante gente, pero yo no me fijé en nadie.
»-¿Y no oyó usted ningún ruido?
»-No oí nada de particular.
»-¿Sabía usted que tal día y a tal hora mataron y desvalijaron a
la vieja del cuarto piso y a su hermana?
»-No lo sabía en absoluto. Me lo dijo Atanasio Pavlovitch
anteayer en su taberna.
»-¿De dónde sacó los pendientes?
»-Me los encontré en la calle.
»-¿Por qué no fue a trabajar al día siguiente con su compañero
Mitri?
»-Tenía ganas de divertirme.
»-¿Adónde fue?
»-De un lado a otro.
»-¿Por qué huyó usted de la taberna de Duchkhine?
»-Tenía miedo.
»-¿De qué?
»-De que me condenaran.
»-¿Cómo explica usted ese temor si tenía la conciencia tranquila?
»Aunque parezca mentira, Zosimof -continuó Rasumikhine-, se le
hizo esta pregunta y con estas mismas palabras. Lo sé de buena
fuente... ¿Qué té parece? Dime: ¿qué té parece?
-Las pruebas son abrumadoras.
StudioCreativo ¡Puro Arte!
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