CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 169

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski Alena Ivanovna y su hermana Lisbeth habían sido asesinadas a hachazos. Las conocía y sabia que la vieja prestaba dinero sobre los objetos de valor. Por eso tuve ciertas sospechas acerca de estos pendientes. Entonces me dirigí a la casa y empecé a investigar con el mayor disimulo, como si no me importara la cosa. Lo primero que hice fue preguntar: »-¿Está Mikolai? »Y Mitri me explicó que Mikolai no había ido al trabajo, que había vuelto a su casa bebido al amanecer, que había estado en ella no más de diez minutos y que habia vuelto a marcharse. Mitri no le había vuelto a ver y estaba terminando solo el trabajo. »El departamento donde trabajaban los dos pintores está en el segundo piso y da a la misma escalera que las habitaciones de las victimas. »Hechas estas averiguaciones y sin decir ni una palabra a nadie, reuní cuantos datos me fue posible acerca del asesinato y volví a mi casa sin que mis sospechas se hubieran desvanecido. »A la mañana siguiente, o sea dos después del crimen -continuó Duchkhine-, apareció Mikolai en mi establecimiento. Había bebido, pero no demasiado, de modo que podía comprender lo que se le decía. Se sentó en un banco sin pronunciar palabra. En aquel momento sólo habia en la taberna otro cliente, que dormía en un banco, y mis dos muchachos. »-¿Has visto a Mitri? -pregunté a Mikolai. »-No, no lo he visto -repuso. »-Entonces, ¿no has venido por aquí? »-No, no he venido desde anteayer. »-¿Dónde has pasado esta noche? »-En las Arenas, en casa de los Kolomensky. »Entonces le pregunté: »-¿De dónde sacaste los pendientes que me trajiste anteanoche? »-Me los encontré en la acera -respondió con un tonillo sarcástico y sin mirarme. StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 168