Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
-Siéntese, Luisa Ivanovna -dijo después a la gruesa, colorada y
ricamente ataviada señora, que permanecía en pie, como si no se
atreviera a sentarse, aunque tenía una silla a su lado.
-Ich danke -respondió Luisa lvanovna en voz baja.
Se sentó con un frufrú de sedas. Su vestido, a