CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 527

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski corpiño debía ser más largo. Mira el resultado: esta niña es una caricatura... ¿Otra vez llorando? Pero ¿qué os pasa, estúpidos? Vamos, Kolia, empieza ya. ¡Anda! Animo. ¡Oh, qué criatura tan insoportable! »Cinq sous, cinq sous. »¿Ahora un soldado? ¿A qué vienes? Era un gendarme, que se había abierto paso entre la muchedumbre. Pero, al mismo tiempo, se había acercado un señor de unos cincuenta años y aspecto imponente, que llevaba uniforme de funcionario y una condecoración pendiente de una cinta que rodeaba su cuello (lo cual produjo gran satisfacción a Catalina Ivanovna y causó cierta impresión al gendarme). El caballero, sin desplegar los labios, entregó a la viuda un billete de tres rublos, mientras su semblante reflejaba una compasión sincera. Catalina Ivanovna aceptó el obsequio y se inclinó ceremoniosamente. -Muchas gracias, señor -dijo en un tono lleno de dignidad-. Las razones que nos han impulsado a... Toma el dinero, Poletchka. Ya ves que todavía hay en el mundo hombres generosos y magnánimos prestos a socorrer a una dama de la nobleza caída en el infortunio. Los huérfanos que ve ante usted, señor, son de origen noble, e incluso puede decirse que están emparentados con la más alta aristocracia... Ese miserable general estaba comiendo perdices... Empezó a golpear el suelo con el pie, contrariado por mi presencia, y yo le dije: «Excelencia, usted conocía a Simón Zaharevitch. Proteja a sus huérfanos. El mismo día de su entierro, su hija ha tenido que soportar las calumnias del más miserable de los hombres...» ¿Todavía está aquí este soldado? Y gritó, dirigiéndose al funcionario: StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 526