lo he contado todo exactamente como ocurrió. Mientras me escuchaba, Porfirio
Petrovitch iba y venía apresuradamente por el despacho, golpeándose el
pecho con el puño. « ¡Qué cosas he de hacer por vuestra culpa, cretinos!
exclamó . Si hubiera sabido esto antes, lo habría hecho detener.» En seguida
salió precipitadamente del despacho, llamó a alguien y se puso a hablar con él
en un rincón. Después volvió a mi lado y de nuevo empezó a hacerme
preguntas y a insultarme. Mientras él me dirigía reproche tras reproche, yo se
lo he contado todo. Le he dicho que usted se había callado cuando yo le acusé
de asesino y que no me reconoció. Él ha vuelto a sus idas y venidas
precipitadas y a darse golpes en el pecho, y cuando le han anunciado a usted,
ha venido hacia mí y me ha dicho: «Pasa detrás de