Se ha indignado conmigo no sé por qué. Por el camino le he dicho que se
parecía a Romeo y le he demostrado que mi comparación era justa. Esto es
todo lo que ha habido entre nosotros.
¡Imbécil! exclamó Rasumikhine sin volver la cabeza.
Debe de tener sus motivos para tomar en serio una broma tan inofensiva
comentó Porfirio echándose a reír.
Oye, juez de instrucción... empezó a decir Rasumikhine . ¡Bah! ¡Que el diablo
os lleve a todos!
Y se echó a reír de buena gana: había recobrado de súbito su habitual buen
humor.
¡Basta de tonterías! dijo, acercándose alegremente a Porfirio Petrovitch . Sois
todos unos imbéciles... Bueno, vamos a lo que interesa. Te presento a mi
amigo Rodion Romanovitch Raskolnikof, que ha oído hablar mucho de ti y
deseaba conocerte. Además, quiere hablar contigo de cierto asuntillo...
¡Hombre, Zamiotof! ¿Cómo es que estás aquí? Esto prueba que conoces a
Porfirio Petrovitch. ¿Desde cuándo?
«¿Qué significa todo esto?, se dijo, inquieto, Raskolnikof.
Zamiotof se sentía