Según un artículo publicado por Aron O’Cass (2004), las mujeres se involucran más en la moda que los hombres. Esto nace de las revistas de moda que están dirigidas a las mujeres y las tiendas de moda cuyo único target son las mujeres. Esto se ha forjado con el paso de los años y quizás también como resultado del patriarcado y de los estereotipos que terminan por ver a la mujer como un objeto. En El mito de la belleza (1991), Naomi Wolf explica lo que en la modernidad se entiende por “belleza”: “existe objetiva y universalmente. Las mujeres la quieren encarnar y los hombres quieren poseer a las mujeres que la encarnan. [...]
Los hombres fuertes se pelean por las mujeres hermosas y las mujeres hermosas son mejores reproductoras ”.
Como dice García (2005), los estereotipos son creados por la sociedad y los medios y las industrias son quienes los difunden, los mantienen y los asientan. En la industria, y en los medios que anuncian los productos que se crean, se fomenta la percepción del cuerpo ideal, y del comportamiento y estatus a los que se debe aspirar.
A través de los medios, como las revistas de moda femenina, exponen a las mujeres con cuerpos perfectos, y las mujeres que consumen las revistas ahora se forjan un ideal parecido al que les presentan. “Muchas se avergüenzan de admitir que preocupaciones tan triviales como la apariencia física, el cuerpo, el rostro, el cabello y la ropa, tienen tanta importancia”. (Wolf, 1991).
Tanta importancia le dan que al momento de comprar se pone la satisfacción personal y el placer antes que la necesidad de expresar un estilo. Y es que el placer de ser vista por los demás como alguien con un cuerpo perfecto que viste adecuadamente o que resalta por su forma de vestir, brinda el autoestima que necesitan por un momento, pero que se puede derrumbar en cualquier momento, debido a los rápidos cambios de la moda.
La moda es una actividad social que nos ayuda a determinar nuestro estatus y comunicarlo al mundo. Es una actividad que se maneja a partir de los deseos como la fantasía, excitación y aspiración por vivir una vida más plena. Estas fuerzas inconscientes hedonistas son las que convierten el acto de comprar en algo lleno de placer y de emoción. Como resultado, se crea un acercamiento menos racional y para nada consciente del consumo.
Al momento de comprar, independientemente del género, se deja hasta el último la ética y las consecuencias ambientales que pueden tener nuestras compras. Lo importante es satisfacer nuestras necesidades tan inmediatas.
"Se crea un mundo fantástico que es emulado por los consumidores situados a un nivel inferior. Ellos son los persuadidos y los manipulados". (García, 2005)
¿LAS MUJERES CONSUMEN MÁS MODA?
Domingo, 17 de febrero de 2019 page 2
E
Imágenes sacadas de:
https://ep00.epimg.net/sociedad/imagenes/2011/12/19/vidayartes/1324320578_558240_1324323065_noticia_normal.jpg
https://scstylecaster.files.wordpress.com/2014/06/botched_feature.jpg?w=578&h=933
http://1.bp.blogspot.com/-zyK6cU7kcp0/UFTQ5guGWNI/AAAAAAAAB5k/YYa8OFMC_s4/s1600/de+compras+con+una+mujer.jpg