Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 75
Eso ha aparecido generalmente en las entrevista a docentes de ciclo básico. En 4º
y 5º año, el criterio redundante ha sido la temática: lo ideológico, lo histórico, la
identidad, la sexualidad. Y también, como se trata de literatura latinoamericana y
argentina, vemos cierta mirada histórico cronológica, por movimientos o por
generaciones literarias. En la mayoría de los casos, además, las profesoras tienen en
cuenta su gusto personal. Pareciera ser que en el ciclo superior se siente mayor
confianza en el estudiante, en el lector, y cierta cercanía de intereses.
Nuevas medidas
Sin intención de desdeñar la metodología prevista, ni de los resultados obtenidos,
hemos decidido incorporar algunas otras técnicas de recolección. Más tiene que ver con
las subjetividades de las investigadoras: la saturación, en el sentido más denotativo.
Además, nobleza obliga, no se nos ocurrieron antes.
Para ampliar nuestro contacto con los docentes de media realizamos dos ediciones
del Foro Patagónico de Didáctica de la Lengua y de la Literatura en el Nivel Medio en
nuestra facultad, en 2011 y 2014. Allí se discutieron los programas de los presentes y se
presentaron ponencias y comunicaciones. Por un lado, recopilamos muchas
planificaciones y por otro, y más importante, generamos y asistimos a los intercambios
entre pares de sus experiencias literarias y didácticas. Sus criterios, sus éxitos y
fracasos. Sus lecturas.
El análisis exhaustivo de las planificaciones y programas nos ha deparado unas
enormes listas de títulos que hablan de la amplitud y variedad de lecturas en nuestras
escuelas. A la vez, nos permite balancear frecuencias, continuidades, innovaciones. Pero
aún no estamos conformes. Por un lado, nos parece insuficiente la muestra, y por otro,
se nos han escapado algunas informaciones importantes. Intentamos realizar una
encuesta (más estrictamente, un cuestionario 228 ) para ampliar la muestra, para precisar
criterios y para agregar temáticas no suficientemente exploradas. Incluimos, entonces
preguntas focalizadas, preguntas abiertas, frases incompletas y respuestas múltiples 229 .
Pero nuestra escasa alfabetización tecnológica echó por tierra el intento.
Bien podríamos continuar con las entrevistas, y de hecho lo hacemos, pero
tenemos varios inconvenientes francamente engorrosos: selección, contacto, ubicación,
cita, cuestiones técnicas, transcripción ... Para luego discutir entre todas las cuestiones
228
229
Sabino (1996), Sagastizábal (2002), Boggino (2004)
Sagastizábal (2002)
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