Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 481

tor y lector, en el caso de compartir la misma lengua materna, dialogan pero en tiempos y lugares distintos. La brecha se ensancha más si ambos actores dialogantes, conectados por el texto escrito solamente, provienen de culturas distintas y no comparten la lengua materna. Allí las palabras aparentemente neutrales e imparciales corren el riesgo de cargarse de significados, referentes textuales y extra-textuales que difieren de los propuestos por el escritor.
Dentro del diálogo lector-autor, se destaca un aspecto pasible de asistir a la comprensión lectora y que recibe poca atención o tratamiento en la enseñanza de ELSE: la polifonía textual. Es una cara del texto que está íntimamente articulada con el ámbito sociocultural en el que se inserta el autor. Las opciones léxicas responden a movimientos autorales que denotan la pertenencia del escritor a un marco espacio-temporal determinado, acodado en lugares comunes, personajes e hitos culturales, históricos, políticos, sociales y científicos. Si se ingresa al texto teniendo en cuenta esta hiperreferencialidad( polifonía, voces múltiples o heteroglosia, en términos bajtinianos), se puede observar que el texto escrito cuenta con una profundidad particular cuya estructura, lejos de ser manifiesta y uniforme, es multifacética, y contiene otros actores y voces allende del escritor y el receptor. Sólo queda que el lector sepa identificar esa“ relación entre el‘ interior’ y el‘ exterior’ del texto”( Maingueneau, 1987: 1), desmenuzarla e incorporarla.
La presencia de otras voces en el texto puede apreciarse en diversas marcas textuales, tales como la cita, la paráfrasis, la negación y el meta discurso del escritor:“(…) conjuntos correlacionados de axiomas isotópicos, siempre implícitos, conjuntos cuyo análisis englobador debería permitir luego definir la función social, los límites históricos y las transformaciones sucesivas”. Incluso“ se puede buscar en todo texto el reflejo implícito de las creencias profundas de la época”( Angenot, 1982: 9). Un ejemplo de ello son las comillas, las cuales cumplen la función de marcar distancia o bien cercanía con el contenido:“(…) comillas de distinción, destinadas a mostrar que se está más allá de sus enunciados”( Maingueneau, 1987: 12). Otro ejemplo es la negación dado que“ la mayoría de los enunciados negativos es analizable como la puesta en escena del choque de dos actitudes antagonistas”( Maingueneau, 1987: 4). Puede haberla proposicional( con uso de conectores causales) o de rectificación( con uso del conector disyuntivo“ sino”). En este sentido, los antónimos, aunque no estrictamente contemplados en esta clasificación, podrían hacerse eco de la naturaleza negativa polifónica presente en cláusulas disyuntivas. Cuando se afirma“ tengo frío” se manifiesta que a la vez“ no tengo calor”. Las palabras de contenido ne-
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