Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 48

- “Escuche contento y gozoso algún cuento o poema de amor, puede ser serio o jocoso, que le guste es lo importante, si lo cautiva al instante vivirá con emo- - ción una experiencia vibrante”. “No te aflijas, que ahora estoy yo/para leerte clásicos, revistas y diarios/para - entretener a tu cerebro viciado/de radio, televisión y chismes baratos”. “Vendo lectura, lectura es lo que vendo. /Como escucha usted… Sí, así es. /Leeré lo que se me proponga, /con rapidez, lentitud, lo que usted disponga. /Debatiré los altos y los bajos, y los medianos también. /Escribiré, sí, sí. Eso, sin duda, también haré. /Le pintaré maravillas, /llámese usted Os- car, Mabel, o también Daniel”. En articulación con los avisos, una de las ideas que más se reitera en las entrevis- tas respecto al espacio, tanto para leer como para escribir, es la de un lugar tranquilo, idealizado y hasta bucólico: - - “necesito un lugar aislado donde pueda estar sola con mis pensamientos”; “mi sitio de lectura ideal sería debajo de un árbol, teniendo de acompañante - - sólo el ruido de la naturaleza”, “necesito tranquilidad”; “para leer o escribir debía de precisar de un lugar cómodo y tranquilo, así que en una habitación de la casa que se encontraba desocupada, armé mi propio - - salón de lectura y escritura”; “tengo la mejor vista de mi jardín…, me brinda confianza y paz”; “una habitación con ventanales enormes que da al jardín trasero de la casa”. Esto se ve reforzado por la importancia que se le da a la “inspiración” como un elemento clave a la hora de sentarse a escribir: - “me inspiran los sentimientos, una taza de café y unos cigarrillos, automática- - mente teniendo eso frente a mí las palabras salen solas”; “[las ideas salen] de mi imaginación y de mis experiencias, tanto leyendo - como en mi cotidianeidad”; “trato de aprovechar cuando tengo un rapto de inspiración, esa especie de rá- faga que atraviesa mi circuito mental e intento plasmar las ideas en la panta- lla”. Sin embargo, un alumno (o su personaje) también manifiesta: “Lo único que ne- cesito son ganas, concentración y compromiso con la escritura… el resto es cuestión de 813