Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 465
Familiarizar a los alumnos con una gran variedad de géneros puede resultar enriquecedor.
Por un lado, se contribuye a la integración del estudiante en el mundo universitario/acadé-
mico a través de un mejor conocimiento del contexto en el que deberá actuar. En este sen-
tido, la LE se suma al trabajo que se realiza en las otras disciplinas de formación en lengua
materna (LM). Además, empaparse de variados géneros les ayuda a construir, por un lado,
una competencia discursiva necesaria para interpretar correctamente los textos y, por otro,
producir textos de acuerdo con las convenciones socioculturales, estructurales y lingüísti-
cas del género al que pertenecen. Por otra parte, como lo señalan Dorronzoro y Luchetti
(2008: 395), es posible considerar los géneros frecuentes del ámbito como “conceptuales”
en la medida en que “su contenido se convierte en un objeto de conocimiento”, promo-
viendo así la adquisición de conocimientos disciplinares. En trabajos anteriores, nos he-
mos referido al valor epistémico que posee el género cuando se trabaja en la universidad,
como es nuestro caso, leyendo en LE en cierto formato genérico y escribiendo en LM en
un género (resumen, síntesis, cuestionario, etc.) que difiere del inicial (Dorronzoro y Klett,
2015). Finalmente, para cerrar la enumeración de ventajas, creemos que el contacto con
una gama de géneros característicos de la especialidad puede afectar positivamente la mo-
tivación. Primeramente, pasar de un índice al prólogo y la contratapa de un libro, de una
reseña a una carta de motivación para conseguir una beca sitúa al estudiante en la diversi-
dad y puede alejarlo de la monotonía. Por otra parte, cuando se trabaja con géneros surgen
diferencias translingüísticas si se compara la organización textual así como los campos lin-
güístico-discursivo y sociocultural del género en LE y LM. Para un género determinado,
es posible cotejar: participantes, temas propios del ámbito, circunstancias temporales y es-
paciales de la enunciación, propósito comunicativo así como longitud, formas verbales y
no verbales adecuadas para cada caso (Calsamiglia y Tusón, 1999: 253). Esta actividad
también es un trampolín estimulante para el progreso en el aprendizaje.
5. Conclusión
A lo largo de este artículo sobre la literacidad en la universidad se ha argumentado a favor
del género textual pues ello significa tomar como objeto de aprendizaje las prácticas dis-
cursivas propias de las diferentes esferas de la actividad social en el lugar citado. Ser parte
del mundo universitario/académico supone incorporar une serie de conocimientos y com-
petencias propias del ámbito. Desde el lugar que ocupamos en tanto docentes de LE de la
universidad, es nuestro deber ayudar al alumno a insertarse en el medio donde cursa sus
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