Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 441
sensación del objetivo cumplido, pero con más interrogantes y nuevas inquietudes para en-
carar las nuevas lecturas.
En el último encuentro se les dio la libertad para que ellos mismos busquen y traigan
cuentos o relatos que les resulten amenos y que estuvieran relacionados con lo que se ha-
bía trabajado, dándoles el lugar de protagonistas activos dentro del taller. El rol del docen-
te comenzó, entonces, a tomar la forma de un mediador y nos fuimos convirtiendo en un
grupo de personas buscando desentrañar hechos, personajes, situaciones desde la óptica
personal y con el conocimiento previo que cada uno poseía.
Así logramos desestructurarnos, dejar el rol de practicantes que imponía el cursado de la
materia para formar parte de ese entramado de voces, que se hacían escuchar y en las que,
sobre todo, prevalecía el respeto hacia el otro.
Como bien lo puso en palabras Paulo Freire,
No nací marcado para ser profesor así. Me fui haciendo de esta manera en el cuerpo
de las tram as, en la reflexión sobre la acción, en la observación atenta de otras prác-
ticas o de la práctica de otros sujetos, en la lectura persistente y crítica de textos teó-
ricos, no importa si estaba o no de acuerdo con ellos. Es imposible practicar al estar
siendo de ese modo sin una apertura a los diferentes y a las diferencias, con quienes
y con los cuales siempre es probable que aprendamos (…) Nadie nace hecho. Nos
vamos haciendo poco a poco, en la práctica social en que tomamos parte (2013, pp.
97,98).
Nuestro balance final de esta práctica no formal fue totalmente positivo, por lo que consi-
deramos importante plasmar nuestra reflexión sobre lo que significó el llevar a adelante un
Taller de lectura, teniendo en cuenta que era una primera experiencia, más allá de la exi-
gencia de la carrera, y era también una nueva aventura en nuestra vida personal y académi-
ca.
La actividad docente (o, en nuestro caso, la preparación para la práctica docente) plantea
situaciones que favorecen la reflexión y permiten desembarazarse de ciertas costumbres o
estructuras. Eso sucedió en estos Talleres, donde pudimos darnos cuenta de que nada es
absoluto, de que a pesar de terminar de cursar una carrera, el aprendizaje es continuo y
está más allá de la teoría, de las obras literarias: está en el encuentro con el otro, en el
compartir diferentes perspectivas y en la posibilidad de enriquecernos todos mutuamente
de ellas.
Cada encuentro fue la motivación para el siguiente, esta movilidad y la sensación de lo
inacabado, la necesidad de buscar más a partir del intercambio, nos llevaba a crecer, a que-
rer saber más, a investigar, pero no con un fin individual sino para compartirlo con los par-
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