Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 439
para el juego del arte, a saber, que no hay ninguna separación de principio entre la
propia confirmación de la obra de arte y el que la experimenta. He resumido el signi-
ficado de esto en el postulado explícito de que también hay que aprender a leer las
obras de arte clásico que nos son familiares y que están más cargadas de significado
por los temas de la tradición (1998, pp.77-78).
Este ir identificando las reglas en este juego, entre esa contigüidad de opuestos que consti-
tuyen el constante vaivén del arte, nos permitirá seguir construyendo puentes entre mime-
sis e inspiración, entre lo bello y lo sublime, entre lo apolíneo y lo dionisiaco, entre la tra-
dición y la innovación, hasta llegar a ese par de opuestos propuesto por Eco: los apocalíp-
ticos e integrados, invistiéndonos de otra cualidad del buen lector expresada por Nabokov :
[Al buen lector] le gusta la novela, pero no porque le ayude a vivir integrado en el
grupo (por emplear un diabólico cliché de la escuela progresista); le gusta porque
absorbe y entiende todos los detalles del texto, porque goza con lo que el autor deseó
que fuese gozado, porque él se ilumina interiormente y vibra con las imaginerías
mágicas del falsificador, el forjador de fantasías, el mago, el artista. A decir verdad,
de todos los personajes que crea un gran artista, los mejores son sus lectores (2016).
Un puente de lectura muy especial
Dentro del marco de las prácticas docentes del último año de la carrera de Profesorado
Universitario de Letras de Nivel Secundario y Superior, una de las cátedras –Las Letras en
Ámbitos No Formales– nos ha proporcionado, a Andrea Ríos y a mí (maría del Carmen
Brizuela), el espacio para coordinar un taller de lectura como actividad paralela a la Prácti-
ca Docente en el ámbito formal.
A lo largo de los años, el papel de las Instituciones educativas ha ido cambiando. La emer-
gencia de los espacios no formales de aprendizaje, como alternativa a las formas tradicio-
nales de enseñanza, ha reconfigurado de algún modo las formas de entender el aprendiza-
je. El abordaje considera que las personas aprenden en múltiples contextos, formales y no
formales.
En este punto, coincidimos con el pensamiento de Jakeline Duarte (2003), quien sostiene
que los contextos de aprendizaje se van construyendo a lo largo de la vida de las personas;
la escuela, la familia, las actividades extracurriculares son fuentes de variados aprendiza-
jes. De este modo, los distintos tipos de contextos deben posibilitar la comunicación y el
encuentro con las personas, dando lugar a materiales y actividades que estimulen la curio-
sidad, la capacidad creadora y el diálogo; permitiendo la expresión libre de las ideas, inte-
reses, necesidades y estados de ánimo de todos, en una relación constructiva con la cultura
y la sociedad en general.
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