Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 384

5) o no importante (4 en escala de valor). La penúltima pregunta que busca indagar sobre la tolerancia a la mirada de uno mismo cuando se comunica en inglés a como resultado un 42,9% de docentes que expresan sentirse ridículos al hablar inglés. Un 71,4 % manifiesta sentirse observado cuando usa la lengua inglesa con colegas. Estos dos últimos resultados se condicen con el argumento citado anteriormente en éste trabajo por Hughes (2003:8), que postula que la voz humana y la facultad del habla están inherentemente unidas a la proyección de uno mismo frente al mundo. En el segundo formulario que formula preguntas para respuestas sujetas a análisis de corte más cualitativos, aparecen asociaciones sobre el “hablar inglés” relacionadas con el comunicarse, expresar ideas, expresar emociones y opiniones. Esto podría explicarse como la existencia de una conciencia sobre la funcionalidad del habla. Se advierte una fuerte valoración de la corrección o precisión gramatical cuando se identifica el habla con “la expresión fluida y clara” sin “errores de pronunciación y aspectos léxico gramaticales”, lo que claramente muestra una fuerte matriz ideológica del uso de la lengua relacionada con el “hablar sin errores de lengua”, lo que remite inmediatamente al uso de la n orma en relación estrecha con el tema de la codificación y la estandarización de una variedad determinada (Genisans, 2011:166). Otra fuerte ideología sobre el uso de la oralidad del inglés en situaciones entre colegas subyace en dos manifestaciones de docentes que califican el “hablar inglés” como una forma de “ser interpretado como snob” o “incluso como competencia en el ámbito laboral”. Podríamos entonces interpretar una de las primeras contradicciones en los resultados: por un lado algunos docentes califican el hablar inglés como muy importante, mientras que en estas respuestas la oralidad en la lengua tiene valoraciones ideológicas de orden sociolingüísticas que enfrentan fuerzas actitudinales relacionadas con el ser individual y profesional y su posicionamiento y exposición frente al grupo social. Tusón (2003) plantea al respecto que el problema es que las valoraciones que hacemos de la lengua y su uso no recaen sobre la lengua, sino, sobre quienes la usan. Refiriéndose a la enseñanza de la lengua materna, Genisans (2011:178) advierte que quien trata de enseñar lengua debería despojarse de ciertas inercias basadas en prejuicios lingüísticos sobre lo que es “hablar bien”. Por último, al ejercerse valoraciones sobre los usos de la lengua inglesa hablada por nuestros docentes no nativos se puede correr el riesgo por parte del hablante de ser objeto de la estigmatización lingüística que produce un borramiento de las identidades de los sujetos, lesionando su autoestima. Otra instancia de fuertes raíces ideológicas sobre la lengua inglesa y su habla 1149