Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 336
de construir la propia identidad a través del ejercicio de la memoria. Las coincidencias con
los elementos de la lírica de la gran guerra son las que nos permiten leer la poesía de la
guerra de Malvinas como “Poesía de la guerra.”
Sin embargo, en los últimos años ha habido un creciente interés en la temática de
Malvinas “...en mayo de 2012, ex-combatientes de la Argentina y el Reino Unido, especia-
listas en derecho internacional y en medios de comunicación, historiadores, críticos cultu-
rales y psiquiatras de los campos del trastorno de estrés postraumático y del tratamiento de
traumas, se reunieron con el objetivo de buscar, más allá de sus respetables diferencias, el
necesario e inevitable mandato de reconciliación y negociación.” (McGuirk, 2014).
Es entonces que, incluyendo poemas surgidos de la contienda de 1982 en el sur de
nuestro país, buscamos enfatizar el aspecto catártico y utilitario del género lírico con res-
pecto a este hecho histórico específico. Los veteranos resignifican la concepción de gue-
rra, remarcando los alcances inimaginables de sus consecuencias como, por ejemplo, el
síndrome de estrés postraumático, afección que flagela a un número significativo de solda-
dos. En efecto, en su libro Screaming In Silence (2016), el ex combatiente británico Tony
McNally dice “espero que mi trabajo motive a las víctimas que sufren de trauma a intentar
escribir poesía; ya que no puede ser tan nocivo como la plétora de medicación usada para
tratar el trauma donde los únicos ganadores son las compañías de fármacos”.
Por otro lado, décadas antes, en relación a la Primera Guerra Mundial, el poeta in-
glés Wilfred Owen también resaltaba la importancia que adquiere la poesía en su rol de
advertir. Así, en su boceto de prefacio para una colección de poemas que esperaba publicar
en 1919 manifiesta
“Este libro no trata de héroes. La poesía inglesa aún no está preparada para hablar
de ellos. Tampoco trata de hazañas, territorios ni nada que tenga que ver con la glo-
ria, el honor, el poder, la majestad, el dominio o la fuerza, sino con la guerra. Sobre
todo, lo que no me interesa es la poesía. Mi tema es la guerra y la pena de la guerra.
La poesía está en la pena. Pero estas elegías de ninguna manera pueden ser un con-
suelo para la presente generación. Tal vez lo sean para la siguiente. Todo lo que un
poeta puede hacer hoy es alertarles. Por eso los verdaderos poetas deben decir la
verdad”. (Owen, 2011 trad.)
Del mismo modo, no podemos pasar por alto los aportes tanto de la teoría como de
las narraciones literarias de l trauma que proliferaron en las décadas del 80 y 90. Laurie Vi-
ckroy plantea la disyuntiva de evocar un pasado desolador, ya que esto adquiere estrecha
relación con la toma de conciencia de los efectos producidos por la catástrofe. Considera
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