Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 85

lumbrar deficiencias o procesos incompletos y sus causas, muchas veces, relativas al con- texto áulico, institucional o social de la tarea. Esto último se convierte en una especie de insumo anticipatorio de la profesión porque suelen ser problemas “imponderables” para los cuales los/as docentes debemos desarrollar tolerancia y estrategias para atenderlos y re- solverlos. Si bien Litwin desarrolla una teoría para la enseñanza en el nivel superior, las estra- tegias que releva en sus investigaciones en clases de asignaturas pertenecientes al ámbito de las Ciencias Sociales conforman una especie de reservorio que, de una manera más o menos similar, se manifiestan en la educación secundaria cuando existe una actitud y una aptitud docente propicia para conseguir los propósitos educativos. Ciertas teorías del conocimiento señalan, según Litwin (1997), que “la construc- ción del conocimiento situado se realiza a través de esfuerzos de colaboración, asociados a propósitos que se comparten y por medio de diálogos y desafíos planteados desde las dife- rencias entre las personas”. A su vez, existen entornos como “estructuras mediadoras que organizan y restringen la actividad” en los cuales se insertan artefactos tales como “gráfi- cos, diagramas, textos, ilustraciones”. “La inteligencia está distribuida en los artefactos que constituyen las estructuras mediadoras” (80). La naturaleza social y cultural del cono- cimiento en la educación secundaria no se discute, por lo tanto una variable de análisis consiste en describir cómo se expresan “el conocimiento situado” y la “inteligencia distri- buida”, es decir, qué estrategias, qué instrumentos o artefactos se ponen en juego y qué modos de vinculación grupal, en torno del saber se manifiestan, según el contenido disci- plinar, el tipo y el propósito de la clase. Este mínimo desarrollo conceptual permite atender a las formas en que se compar- te, se distribuye y se construye el conocimiento en el aula al tiempo que se analiza la pre- sencia de ciertos “artefactos” y el modo en que estos colaboran para la mediación triparti- ta: el docente, los contenidos y los/as estudiantes. A partir de determinados rasgos específicos, se pudieron caracterizar tipos proviso- rios de clases. La provisoriedad radica en que no se pretende prescriptiva, sino descriptiva, dado que los tipos aislados se definen en la práctica; la práctica misma los redefine, en vir- tud del contexto particular y, como anticipamos, se pretende modélica a efectos de la for- mación de los futuros graduados. El relevamiento de clases data de marzo/abril de 2015 y 2016, en diversos colegios secundarios de la ciudad de Santa Rosa; la mayoría de las instituciones son públicas, mientras una de ellas es de gestión privada. Contamos con catorce clases, de las cuales 85