Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 716

blico infantil. En cambio, la presencia de las TIC en las otras asignaturas no se encuentra presente a nivel de los diseños curriculares. En este sentido, cada docente decide con qué fines y en qué medida las tecnologías digitales se integran en el dictado de su materia. Esto aplica también para el dictado de la materia Prácticas del Lenguaje y por consiguiente al abordaje de los contenidos referidos a la alfabetización inicial.
La experiencia que estoy compartiendo en este trabajo consiste justamente en comenzar a integrar este componente digital en las clases de alfabetización, con la característica de que se trata de una instancia de exploración conjunta, de construcción de un saber didáctico que todavía está buscando sus límites y sus alcances. Esta intención de mi parte es explicitada desde el inicio del trabajo a las estudiantes, quienes en su gran mayoría se muestran muy interesadas en avanzar sobre la temática.
Por el momento el objetivo es que las futuras docentes comiencen a construir una mirada sobre el fenómeno que esté sostenida por investigaciones, referencias teóricas, experiencias reales. A través de una dinámica de trabajo muy similar a la que se realiza en la enseñanza de la alfabetización, la propuesta en este caso es avanzar con pasos conocidos sobre un territorio nuevo.
Al abrir la problemática de los niños frente a las pantallas, la reacción hasta el momento es la misma: incluso las estudiantes más jóvenes, de casi veinte años, expresan fuertes tensiones entre la maravilla y lo alarmante. En ningún caso naturalizan la escritura en pantalla, como sí lo hacen frente a la escritura manuscrita de los niños pequeños. Cabe señalar que en general el mayor desafío en la enseñanza de la alfabetización es que las estudiantes desnaturalicen las prácticas letradas y las puedan comprender como un sistema de origen cultural, histórico, y al código alfabético, como un modo de notación entre otros posibles. El uso de la escritura, con todas las convenciones culturales y semióticas que supone, es totalmente transparente para las estudiantes de nivel superior, aun con las dificultades en la expresión escrita que presentan sus producciones( o quizás por eso mismo). Incluso son pocos los casos que pueden dar cuenta de su propia experiencia de alfabetización o que recuerdan cómo era no saber leer y escribir.
Para abordar la problemática digital, entonces, en el proceso de alfabetización en lectoescritura, comenzamos a trabajar en tres direcciones:
� Lectura de bibliografía sobre el tema. � Relevamientos de prácticas por parte de niños de 2 a 6 años a partir de una guía de
observación, en el ámbito doméstico.
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