Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 715

El segundo motor, de orden pedagógico, es que desde el paradigma de alfabetiza- ción en el que trabajamos, partimos de lo que los chicos efectivamente hacen con el len- guaje escrito, tanto al otorgar sentido a trazos simbólicos, como a interpretar significa- dos a partir de ese tipo de trazos. Actualmente este tipo de acciones se pueden dar en so- portes digitales, a veces antes o al mismo tiempo que se realizan con un lápiz sobre una hoja. Los chicos con los que nuestros estudiantes se van a encontrar en las salas de jar- dín no diferencian la funcionalidad de un libro de un celular en tanto portadores de men- sajes escritos. Ellos leen íconos en las pantallas, encuentran palabras conocidas que les permiten avanzar en un hipertexto, escriben las iniciales del sitio al que quieren acceder en la ventana del navegador porque saben que éste presentará el nombre completo. En otras palabras, se comunican a través del lenguaje escrito y de otros sistemas simbóli- cos, quizás más intuitivos pero igualmente codificados, de manera exitosa. De qué ma- nera estos primeros comportamientos permitirían –o no- reconfigurar una didáctica de la lengua escrita, es uno de los desafíos que nos convocan en el aula del profesorado. Lo cierto es que tanto en las salas de cinco años y, en algunos casos, de cuatro, los niños ya se inician en competencias de lectoescritura, a través de la producción y lectura de mensajes breves, la escucha de textos escritos y la identificación de discursos propios de la cultura letrada (noticias en los diarios, etiquetas, etc.). Se trata en la mayoría de los casos, de tipos de texto que también están circulando en soporte digital y que para los niños comienzan a ser muy familiares. El ejemplo más representativo está dado hoy por los mensajes escritos que circu- lan en los teléfonos celulares. Por lo tanto, todas las consideraciones en torno al fenó- meno de lo digital aquí expuestas impactan directamente en el desarrollo curricular de la alfabetización en el Nivel Inicial y, en consecuencia, en la formación docente; en la me- dida en que se construyan certezas acerca de lo determinante que las tecnologías digita- les puedan ser en el proceso de alfabetización, será preciso profundizar el modo en el que se insertan en los diseños curriculares de la formación de los futuros maestros. 3. El trabajo en el aula del profesorado Actualmente los profesorados para docentes de Nivel Inicial incorporan en su gran mayoría un espacio curricular específico para las TIC, en el que se abordan contenidos relacionados con abordajes pedagógicos mediados por estas tecnologías y se presentan criterios de selección de software, aplicaciones y contenidos digitales destinados al pú- 715