Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 507
Después de la primera jornada de presentación que incluyó algunos momentos de
exposición teórica por parte de las capacitadoras, el resto de las reuniones se constituye-
ron en encuentros de trabajo conjunto, en los que se fueron construyendo progresiva-
mente las propuestas didácticas para llevar a las salas y éstas se retroalimentaron con las
discusiones colectivas. Las docentes trabajaron en parejas que compartían la misma sala
en diferentes turnos, con un “equipo ampliado” de cuatro maestras de salas de bebés y
de deambuladores de ambos turnos.
En todos los encuentros hubo un momento de “ronda de novedades”, en la que
cada equipo presentó sus avances -itinerarios planificados, selección de libros, registro
de las actividades ya realizadas- y todas las participantes (directivos, compañeras y ca-
pacitadoras) aportábamos con observaciones y sugerencias. En estos intercambios, ver-
daderas “conversaciones” a la manera de Chambers (2007), fue clave la cuestión de la
distribución de la palabra: no se trataba de exponer lo hecho ante las capacitadoras, que
sancionarían “correcto” o “incorrecto” (desde un enfoque evaluativo), sino de compar-
tirlas con todo el equipo, explicitando dudas, percepciones y criterios utilizados, que re-
cibían la retroalimentación de compañeras y capacitadoras indistintamente .
En este sentido, nos apoyamos en una fortaleza institucional, como lo es la tradi-
ción ya instalada del trabajo en equipo y los intercambios en torno a planificaciones;
esto hizo que la incorporación de las capacitadoras en la dinámica fuera fluida y progre-
sivamente, cada vez más “natural”.
En segundo lugar, subrayamos que otro aspecto que jugó un lugar central en la ca-
pacitación se relaciona con los registros de actividades: por una parte, registros fotográ-
ficos o audiovisuales de las actividades; por otro, registros narrativos que cada docente
fue abordando desde sus preferencias y posibilidades. Los espacios de escritura permi-
tieron un entramado de relatos de actividades, dichos de los participantes y reflexiones
pedagógicas que aportaron a la (auto)evaluación y enriquecieron los espacios de en-
cuentro.
Estos registros se compartieron a través de un dispositivo de comunicación que
fue propuesto como complemento de los encuentros presenciales: un Dropbox en el que
cada integrante fue subiendo sus producciones (planificaciones, fotos, registros) para
que todas pudiéramos tener acceso a ellas, comentarlas por escrito y retomarlas en las
reuniones. Esta modalidad resultó novedosa para la institución y fue evaluada como un
aporte -desde el aprovechamiento de las nuevas tecnologías- a nuevos esquemas de tra-
bajo colaborativo.
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