Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 481
ca en los que se persigue mayor fluidez por parte del estudiante, En educación media, en
cambio esta práctica se realiza muy poco o derechamente está alejada del aula de lengua y
literatura. En el contexto del fomento de la competencia literaria y la formación de lecto-
res, que se fomente este espacio es fundamental ya que en el los estudiantes pueden leer lo
que les gusta lejos de la presión evaluativa. Así también se deben crear espacios de discu-
sión y socialización de esas lecturas mediante actividades como recomendaciones o pre-
sentación de libros, un punto clave es la participación del grupo en su totalidad incluido el
docente quien actúa también como ejemplo desmitificando el papel escolarizado de la lec-
tura e instaurándola como una actividad de ocio
2. Dinamizar el tiempo dedicado a la lectura: Este punto se relaciona con el anterior
en tanto asumir a la lectura como una actividad que se realiza en grupo a pesar de ser pri-
vada, es decir una instancia en la que se puede socializar e interactuar por medio de activi-
dades como grupos de lectura en la que se discuta acerca de libros y las temáticas que en
ellos se tratan, jugar con las expectativas del grupo, es decir, detener sus lecturas en ins-
tancias en las que ellos se vean inmersos en sus libros. Intercambiar la lectura silenciosa
por instantes de lectura en voz alta, implementar espacios de lecturas dramatizadas o en
las que el docente participe también como lector siguiendo en su rol de guía o modelo para
sus estudiantes. Aquí también cabe la idea de fomentar la identidad lectora de los estudian-
tes validarse frente a sus pares.
3. Desplegar un menú variado y relevante de lecturas: Uno de los principales proble-
mas del plan lector nacional es su escasa actualización, pero como profesores se debe bus-
car instancias de actualización del corpus de lectura para los distintos niveles de enseñanza
media. Esta actualización, como menciona la autora no requiere de un gran gasto ya que
con los medios tecnológicos actuales podemos acceder a libros gratuitos.
Por otro lado, seleccionar lecturas es otro aspecto a considerar, el docente debe dife-
renciar qué libros son propicios para espacios de lectura individual, en tanto potencien a la
lectura como actividad de ocio y libros de mayor complejidad que requieran la guía del
docente para abordarlos de manera efectiva
Derribar la concepción de que toda lectura se evalúa o debe tener una nota sumativa
también acerca más a los jóvenes al libro ya que cada interpretación es distinta y no existe
solo “una respuesta correcta”
4. Tener en cuenta las prácticas lectoras de los adolescentes: Asumir que los estu-
diantes no leen, solo porque no se ven interesados en las lecturas que tienen lugar en la
clase de lengua y literatura es un error en el que caen muchos docentes. En la actualidad y
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