Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 449

1. Introducción La reflexión acerca de las estructuras lingüísticas está estrechamente relacionada con las actividades de comprensión, análisis y producción de textos. Para formar usuarios competentes en una lengua determinada, es necesario que la enseñanza de la gramática no quede reducida a la repetición de conceptos ni al mero reconocimiento de categorías mor- fológicas y oraciones modelo, que distan de la producción que subyace de la lengua en uso. Se trata, más bien, de proponer instancias de reflexión en los diferentes ámbitos y grados de escolarización para que los alumnos puedan organizar los conocimientos intuiti- vos que poseen de su lengua materna, sistematizarlos y, de esta manera, explicar y concep- tualizar el funcionamiento de los signos lingüísticos. De este modo, la gramática se conci- be como un instrumento cultural que permite potenciar el estudio del lenguaje. En este sentido, “ya no se trata de una lectura al servicio de la identificación de elementos corres- pondientes a clasificaciones […] sino de una reflexión sobre elementos lingüísticos de los textos en aras a la comprensión, e incluso de la interpretación” (Gaspar y Otañi 2002). Como es sabido, en los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP) propuestos para la enseñanza de la Lengua en el Ciclo Básico de la Educación Secundaria en Argentina, se afirma que corresponde a la escuela ofrecer situaciones de enseñanza que promuevan en los educandos “el interés por saber más acerca de la Lengua y la Literatura para conocer y comprender mejor el mundo y a sí mismos e imaginar mundos posibles” (p. 14) y, por otra parte, “la reflexión sistemática acerca de algunos aspectos normativos, gramaticales y tex- tuales aprendidos en cada año del ciclo” (p. 15). A su vez, se refuerza la idea de que es ne- cesaria “la reflexión sistemática, con ayuda del docente, sobre distintas unidades y relacio- nes gramaticales y textuales distintivas de los textos trabajados en el año” (p. 24). Vale de- cir, entonces, que es tarea del sistema educativo propiciar instancias de aprendizaje donde se relacionen y establezcan puentes entre saberes lingüísticos y literarios. Para Carmen Rodríguez Gonzalo y Felipe Zayas, los textos literarios ofrecen un ám- bito apropiado para “el desarrollo de la competencia metalingüística de nuestros alumnos, pues, en la lectura de estos textos, es obligado dirigir la mirada del lector hacia la forma del mensaje” (2006: 63). Al respecto son ilustrativas las afirmaciones de Violeta Demonte cuando señala que “ El hecho de que los textos se construyan con material lingüístico, y el hecho de que el ma- terial lingüístico se articule conforme a principios de la gramática hacen, sin embargo, que haya una zona donde los principios gramaticales y los principios discursivo- textuales se 449